Haití.-Los residentes de la capital de Haití se refugiaron en sus casas el martes mientras sonaban disparos, neumáticos ardían en las calles de la ciudad y manifestantes arrojaban piedras en una airada respuesta a la delincuencia y las esperadas nuevas alzas del precio del combustible.
Las manifestaciones se producen en un momento en que la inflación ha alcanzado su nivel más alto en una década, la violencia crónica de las bandas ha dejado gran parte del territorio haitiano fuera del control del Gobierno y los brotes de sangrientas batallas territoriales entre grupos armados han dejado cientos de muertos y miles de desplazados.
Los costos de transporte se han disparado, al igual que los precios de muchos alimentos básicos. Los haitianos se preparan ahora para un alza de los precios del combustible, en un contexto de una creciente escasez de gasolina y gasóleo que podría obligar a algunos negocios a cerrar.
Los videos que circulaban por las redes sociales el martes subrayaban la gravedad de la situación.
Uno mostraba a decenas de haitianos dispersándose en una calle tras el sonido de las ráfagas de disparos, y luego cambia a escenas de personas atendidas tras sufrir aparentes heridas de bala.
La próxima subida de los combustibles anunciada por el Gobierno de Haití amenaza con intensificar las protestas en un país sumido en una grave crisis política y económica y en una espiral de violencia.
“Tendremos que ajustar el precio del combustible”, dijo hace unas horas el primer ministro de Haití, Ariel Henry.
Los habitantes del país más pobre de América ya pagan por el combustible en el mercado informal hasta 2.000 gourdes (unos 16 dólares) por galón (4,5 litros), lo que repercute sobremanera en la vida diaria y ha llevado a los haitianos a protagonizar protestas antigubernamentales por todo el territorio, que se han saldado con al menos cinco muertos y heridos.