La Asociación de clubes de Santiago salió a la luz pública el 27 de agosto de 1972, para agrupar a los clubes deportivos y culturales de los barrios de la provincia de Santiago, en la República Dominicana.
Los jóvenes, entonces, formaban parte de un movimiento que tenía como objetivo llevar la cultura y el deporte a los barrios, como una manera de contribuir al crecimiento social de los sectores marginados de las iniciativas gubernamentales y luchar por una vida mejor en ellos.
Fue a la vez un movimiento inspirado en el crecimiento cualitativo de la juventud, produciendo ciudadanos que en el discurrir del tiempo se convirtieron en excelentes ciudadanos, artistas, y atletas, que hoy dan nombre a historias especiales de la provincia
Nada fue fácil, muchos de los dirigentes fueron perseguidos y apresados, por un gobierno de turno, Dr. Joaquín Balaguer, que pretendía cerrar el paso a toda idea, que no estuviera enmarcada en lo que su régimen definía como «democracia».
La Asoclusan llenó un espacio importante en la vida cultural con el surgimiento de grupos de poesía coreada, teatrales, de canto, danza y pintura, que encontró a miles de jóvenes ansiosos por abordarla.
También impactó el deporte, cuando en el 1975 el comité Olímpico Dominicano, liderado por el ingeniero Roque Napoleón Múñoz, le confirió la tarea de crear las asociaciones deportivas provinciales, dentro del movimiento deportivo surgido a raíz de la celebración de los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe en el país y de la creación de la Secretaría de Estado de Deportes, Educación Física y Recreación (SEDEFIR), que tuvo en Justo Castellanos Diaz, su primer incumbente.
Asoclusan fundó de manera oficial las Asociaciones de Atletismo, Baloncesto, Boxeo, Fútbol, Voleibol, rescató el béisbol (que se encontraba desafiliada al COD, y aceptó la existencia de las asociaciones de Softbol y Tenis de Mesa, que funcionaban con eficiencia.
Para recordar esta significativa fecha, decena de ex dirigentes clubistas se reunieron el 27 de agosto del 2022, 50 años después, en un ambiente cargado de anécdotas, ahora todos con sus cabezas plateadas por las canas, más robustos, pero con el mismo espíritu, que una vez los juntó en esta aventura.