Sídney (Australia).- Un juez del Tribunal Superior de Nueva Zelanda condenó este viernes a un adolescente de 15 años a cadena perpetua por haber asesinado con un cuchillo a un hombre durante un ataque ocurrido en enero del año pasado en la región de Northland, en la Isla Norte del país oceánico.
La sentencia contra el menor de identidad no revelada, revisable al cabo de diez años, se da después de que un jurado lo hallara culpable de matar con trece puñaladas a Bram Willems, de 22 años, en un proceso judicial que se celebró el año pasado.
El juez Timothy Brewer, del Tribunal Superior de la localidad septentrional de Whangarei, dijo hoy al leer la sentencia que el menor no había atacado a Willems con la intención de matarlo, según publicó Radio New Zealand.
“Creo que simplemente explotó de ira y empezó a apuñalar. Sin embargo, estoy seguro de que usted tenía una apreciación consciente de que lo que estaba haciendo podría muy bien matar al señor Willems y siguió adelante de todas maneras”, remarcó el juez Brewer.
El asesinato de Willems, quien había salido con el menor y tres de sus primas en un coche y proporcionó alcohol y drogas a este grupo, se produjo después de que el agresor acusara a la víctima de haber actuado de forma inapropiada frente a una de sus familiares.
La sentencia contra el menor -la más severa que se aplica en Nueva Zelanda desde que fue abolida la pena de muerte en 1989 para delitos graves como asesinato, terrorismo o narcotráfico- supone que éste debe pasar por lo menos diez años en prisión antes de poder solicitar la libertad condicional.
Durante este sonado proceso, el abogado Ron Mansfield, pidió una condena de cinco o seis años contra su cliente al argumentar que sería injusto que se le aplique la cadena perpetua que se usa para castigar a adultos que cometen asesinatos, de acuerdo al New Zealand Herald.
Mansfield recordó que esta semana el Tribunal de Apelaciones ha abordado el contencioso de que si se debe aplicar la cadena perpetua para los menores e insistió en que el asunto debe ser abordado por el Parlamento de Nueva Zelanda, agregó el medio.